jueves, 26 de agosto de 2010

NOTA DE PRENSA

Como continuación a la leche materna, médicos recomiendan “leches funcionales”

LA REVOLUCIÓN DE LOS OMEGAS

Deben contener agregados de ácidos grasos esenciales tipo Omega 3 y 6 (DHA, EPA y ARA)

Luego del destete, debe mantenerse una alimentación balanceada, completa, adecuada y armónica con las necesidades de los niños, que les aseguren todos los nutrientes para crecer sanos y fuertes. La leche de vaca es un alimento ideal por si sola, brinda al niño nutrientes importantes para su desarrollo. Por su contenido de proteínas, calcio y vitaminas, además de su gran aceptación, los padres pueden sentir confianza al ofrecerles un producto 100% natural. Pero existen alimentos que además de “nutrir” a los niños dan beneficios adicionales mejorando la maduración y funcionalidad de un órgano. Se les denomina “alimentos funcionales” y la leche de vaca lo es… pero al adicionarle nutrientes indispensables.

“Hablamos especialmente del desarrollo cerebral y visual del bebé, nutrientes como los ácidos grasos esenciales de tipo omega 3 y 6, DHA, EPA y ARA”, explica el doctor José Francisco Recoba, pediatra, vocero nutricional de Laive, quien agrega que “la lactancia materna hace bebés mas inteligentes, por su alto y proporcionado contenido de Omegas, responsables en la formación del cerebro y la visión, siendo los primeros cinco años la etapa más fundamental para la formación del cerebro”.

Por ello, después del destete, la dieta debe asegurarles estos nutrientes en cantidades necesarias y suficientes para garantizar el mejor desarrollo de su inteligencia y visión. Ahí entra el papel vital de los Omegas, grasas esenciales muy importantes que el cuerpo no produce y se necesitan obtener de los alimentos que comemos. Así tenemos el Omega 3 que proviene principalmente de los pescados en su forma natural (DHA y EPA), con beneficios al desarrollo cerebral y protección al corazón entre otros. Y el Omega 6, principalmente de fuentes de grasas vegetales como aceite de oliva, palta, maní, nueces, huevos etc (ARA).

Mejor leche al alcance de todos
“Tres porciones de lácteos al día es un aliado ideal para la alimentación de los niños, asegurándoles 25% de las proteínas, casi 80% del calcio y alrededor de 30% de las grasa que necesitan al día”, acota el doctor Recoba, destacando la importancia de leches para niños formuladas (evaporada y fresca) reforzadas con Omegas 3 y 6, DHA, EPA y ARA, además de 30 nutrientes, leche 100% natural formulada que garantiza a los niños -hasta cinco años- los nutrientes más importantes para un óptimo desarrollo cerebral, visual, de proteínas, vitaminas y minerales.

El bebé debe lactar el mayor tiempo posible (especialmente los 3 primeros años). Por el ritmo de vida actual, las leches de reemplazo son alternativa, pero con el cuidado de no cortar el desarrollo. “Hace unos 30 años se descubrieron grasas insaturadas que el cuerpo no produce. Debemos adquirirlas externamente, en la alimentación. Los vegetales y productos animales, como pescado, nos proveen de estas grasas, Omegas 3 y 6. Se les conocía como grandes antioxidantes beneficiosos para las inflamaciones, pero la ciencia avanzó y descubrió que también eran parte importante en el desarrollo del cerebro de los niños”, agrega el especialista médico.
Fuente: Pediatric Nutrition Handbook (Academia Americana de Pediatría, 2008)

Alimentos y leches funcionales
El concepto de alimento funcional nació en Japón en los años 80, debido a la necesidad de las autoridades sanitarias de garantizar una mejor calidad de vida a través de la alimentación. Se considera que son aquellos que poseen componentes biológicamente activos, minerales, vitaminas, fibra alimentaria, ácidos grasos y que tienen un efecto beneficioso sobre la salud. No obstante, hasta el momento no han sido definidos por la legislación europea y existen distintos puntos de vista en lo que a su eficacia se refiere.

La principal característica de estos productos es que los nutrientes por los que destacan son añadidos artificialmente. Hay una gran variedad de estos artículos hoy en día: zumos, lácteos (leches, batidos, yogures), cereales, barritas energéticas e, incluso, huevos y carnes modificados.

Las leches enriquecidas, es uno de los productos en los que más se ha trabajado. Las más habituales son las que añaden minerales como calcio, fósforo y magnesio; pero también son frecuentes las enriquecidas en vitaminas de todos los tipos, ácidos grasos procedentes del pescado o fibra alimentaria.
El frenético ritmo de vida actual
Los seres humanos han satisfecho siempre sus necesidades nutricionales con los alimentos que la naturaleza les ofrecía en cada época del año. ¿Por qué no ocurre lo mismo en la actualidad? Algo ha cambiado: el ritmo de vida de hoy es cada día más estresante y deja poco tiempo para preocuparse por la dieta y para elaborar platos.
La hora de la comida se convierte en un espacio utilizado para cubrir las necesidades básicas de alimentarse pero sin darle la importancia que merece al producto que se ingiere y a sus propiedades y efectos sobre nuestro organismo. La función del almuerzo es simplemente 'quitar el hambre'.

Al cabo de un tiempo este estilo de vida repercute de una manera u otra en la salud. Entre otros problemas, es frecuente el aumento de peso, la carencia de vitaminas y minerales, con sus consecuencias que son variadas dependiendo del nutriente deficitario. Y, aquí es donde entran en juego los funcionales, ya que, tomando la cantidad que habitualmente ingerimos de un producto concreto, obtendremos mayor cantidad de nutrientes, porque se añaden elementos no presentes naturalmente.
Recomendaciones para su consumo
A simple vista los funcionales parecen una buena forma de paliar el problema de escasez de tiempo, pero la efectividad de estos nuevos alimentos está siendo muy discutida.

Es muy frecuente encontrar leches desnatadas enriquecidas en vitaminas A, D, y E. Éstas, al ser liposolubles, se encuentran disueltas en la grasa de la leche y, si la nata se retira, las vitaminas también desaparecen. Este tipo de leches son recomendables para personas que sigan estrictas dietas de adelgazamiento o con problemas cardiovasculares, que, obligatoriamente, tengan que eliminar las grasas de su alimentación.
Pero también hay que tener cuidado en no excederse en la dosis de estas vitaminas, porque, al ser liposolubles, se almacenan en la grasa corporal y su eliminación es difícil y lenta. Existe así la posibilidad de hacer un consumo excesivo e, incluso, llegar a la intoxicación.
Ricas en minerales y ácidos grasos
Los aportes de calcio suelen ir acompañados de fósforo y magnesio para facilitar la absorción del calcio por parte del hueso. La efectividad de estas leches es dudosa ya que la relación entre la ingesta de calcio y su absorción es inversamente proporcional, es decir, al aumentar el consumo disminuye la absorción y viceversa.
Por lo tanto resulta inútil aumentar la dosis de calcio de golpe. Lo ideal para lograr una asimilación óptima es realizar más ingestas, pero repartidas a lo largo del día. Por ejemplo, incluir un vaso de leche en cada comida.


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