lunes, 18 de octubre de 2010

LOS COLORES DE AURELIO


1970. La familia de Aurelio pierde haciendas y más de cien mil cabezas de ganado vacuno y ovino. Sí, la reforma agraria. Adiós negocio lácteo. Solo les quedó un local en Ate-Vitarte. En esas condiciones, a los 36 años, este ingeniero agrónomo asumió la gerencia general de Laive, su recién expropiada empresa. “Yo entré de frente al mortuorio y decidí seguir adelante, no repartirnos lo que quedaba”. Diez años después estaba inaugurando una planta en Arequipa y, en 1986, otra en Tacna. Sí, el ingeniero había hecho las cosas más que bien. En 1995 decidió dejar esa posición, asumir más bien la presidencia del directorio y comprarse una chacra. La llamó El Retorno. Aurelio decidió algo más: ver cómo andaba en eso que no hacía desde el colegio (salvo cuando agarraba por la espalda un individual de papel en cualquier restaurante del mundo): dibujar y pintar.

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